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17
Ene 2023
Los antibióticos constituyen uno de los grandes avances de la medicina. Pero su uso abusivo ha dado lugar al desarrollo de bacterias que no responden a los antibióticos que antes eran eficaces. Además, si los niños toman antibióticos cuando no es necesario, corren el riesgo de sufrir reacciones adversas, como dolor de estómago y diarrea.
Para entender cómo funcionan los antibióticos, es útil saber que hay dos tipos principales de microorganismos que pueden causar enfermedades: las bacterias y los virus. Aunque ciertas bacterias y virus pueden causar enfermedades con síntomas similares, la manera en que estos dos tipos de microorganismos se multiplican y transmiten la enfermedad es diferente.
Usar los antibióticos en exceso es perjudicial
Tomar antibióticos para los resfriados y para otras enfermedades víricas no sólo no sirve para nada, sino que además tiene efectos secundarios peligrosos: con el tiempo, esta práctica puede dar lugar al desarrollo de bacterias que se hayan vuelto más difíciles de destruir. El uso frecuente e inadecuado de los antibióticos tiene como consecuencia la selección de cepas de bacterias que pueden resistir el tratamiento. Esto se llama resistencia bacteriana. Para tratar estas bacterias resistentes se necesitan dosis más elevadas de los medicamentos o antibióticos más fuertes. Los médicos han encontrado bacterias que son resistentes a algunos de los más poderosos antibióticos que existen hoy en día.
La resistencia a los antibióticos es un problema muy extendido, y los Centros para el control y la prevención de enfermedades lo han descrito como "uno de los problemas de salud pública más acuciantes en todo el mundo". Las bacterias que antes respondían fácilmente a los antibióticos se han vuelto cada vez más resistentes. Entre las más difíciles de tratar están las infecciones por neumococo (que provoca neumonía, infecciones de oídos, sinusitis y meningitis), las infecciones en la piel y la tuberculosis.
Tomar antibióticos de manera segura
Para reducir al mínimo el riesgo de resistencias bacterianas, recuerde estos consejos:
Pregunte a su médico de qué manera se pueden tratar los síntomas que causan malestar a su hijo, como la nariz congestionada o la garganta irritada, sin usar antibióticos. La clave para crear una buena relación con su médico es la comunicación abierta, así que trabajen juntos para lograr ese objetivo.
Utilice los medicamentos adecuadamente. Los antibióticos son sólo eficaces frente a las infecciones bacterianas si se toman durante todo el tiempo que ha prescrito el médico; y también tardan tiempo en hacer efecto, así que no espere que su hijo se sienta mejor con la primera dosis. La mayoría de los niños tardan 1 o 2 días en mejorar. Tampoco deje que su hijo tome antibióticos durante más días de los prescritos.
Y lo que es más importante, nunca utilice antibióticos que fueron recetados para otro miembro de la familia; las dosis para los niños pueden variar, y si su hijo tiene una enfermedad que requiere antibióticos, usted querrá tener la seguridad de que recibirá el tratamiento correcto. Guardar antibióticos "para la próxima vez" es una mala idea. Los antibióticos que sobren cuando su hijo termine un tratamiento deben tirarse.
Contribuya a la lucha contra la resistencia a los antibióticos siguiendo algunas medidas simples para evitar que las infecciones se propaguen. Fomente el hábito de lavarse las manos, asegúrese de que sus hijos están al día en las vacunas y no los envíe a la escuela cuando estén enfermos.
Los médicos son conscientes del incremento de la resistencia a los antibióticos y están intentando resolver el problema. Aunque se desarrollen nuevos antibióticos, seguirá siendo importante usarlos de un modo adecuado sólo cuando se prescriban.